El club cordobés emitió un emotivo comunicado para honrar la memoria de Raggio, destacando su destacada trayectoria y su dedicación incansable al deporte. Desde su llegada a Estudiantes a principios de año, Gustavo había asumido con pasión el desafío de guiar al equipo hacia el éxito, dejando una marca imborrable en la institución y en todos los corazones de los que lo conocieron.
Quilmes, el equipo donde Raggio brilló como jugador y logró el ascenso a Primera División en 2003, también se despidió con cariño: "Que descanses en paz, Carozo. Quilmes no te va a olvidar".
Además de su destacada carrera como entrenador, Gustavo Raggio dejó una huella indeleble en el fútbol argentino como jugador, defendiendo los colores de Newell's Old Boys y culminando su trayectoria en Argentino de Rosario.
Desde sus humildes comienzos en las inferiores de Newell's, hasta su reciente paso por Douglas Haig de Pergamino, Raggio siempre demostró su pasión y dedicación por el deporte que amaba.
Su hospitalización el pasado lunes, tras dirigir un partido, conmociónó a la comunidad futbolística. A pesar de la valiente lucha de Gustavo, su estado de salud se deterioró rápidamente, dejando un vacío imposible de llenar en el mundo del fútbol.
Hoy, recordamos a Gustavo Raggio como mucho más que un entrenador. Era un líder, un mentor y un amigo para todos los que tuvimos el privilegio de conocerlo. Su legado perdurará en cada cancha y en cada corazón que tocó con su pasión por el juego. Descansa en paz, querido amigo.
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