Desde el inicio, el Sevilla se adueñó del campo, amenazando la portería de Ter Stegen tras una pérdida de Raphina que permitió a Rakitic disparar con potencia. Sin embargo, la respuesta del Barcelona llegó en forma de un disparo al poste por parte de Joao Félix, quien recibió un magistral pase de Cancelo. Incluso Lucas Ocampos tuvo su oportunidad de brillar para el equipo andaluz. Pero la mala fortuna se cernió sobre Raphina, quien se lesionó en un intento de remate y tuvo que abandonar el campo antes del final de la primera mitad.
En la segunda parte, los blanquirrojos intensificaron sus esfuerzos por romper el empate, buscando mayor precisión en sus pases. No obstante, el equipo de Xavi se acercaba peligrosamente al gol. Primero, Gavi estuvo a punto de perforar la red rival con un cabezazo que rozó el travesaño. Luego, Koundé también intentó con un cabezazo, tras un soberbio centro de Gündogan. El Barcelona mostraba un juego superior y merecía abrir el marcador.
Finalmente, el destino tenía reservada una jugada infortunada que desató la euforia en el Estadio Olímpico. Tras un cabezazo de Lamine Yamal, Sergio Ramos, el reconocido defensor, se en
contró en el camino de la pelota y, sin quererlo, la mandó al fondo de su propia red, anotando un gol en contra que dio al Barcelona la ventaja por 1-0 sobre los sevillistas.
Este triunfo del Barcelona, bajo la dirección de Xavi, le permitió sumar tres valiosos puntos y, por el momento, liderar la tabla de La Liga con 20 puntos, manteniendo una estrecha ventaja de un punto sobre el segundo clasificado, el Girona. Por otro lado, el Sevilla se ubicó en la duodécima posición con 7 unidades. Un partido lleno de emociones, giros inesperados y un líder momentáneo que sigue dejando huella en la competición.
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